AVANZADO ENERO.
CAOS EN LA CIUDAD DE LA FURIA.
ME VOY A LA UNA...
ME VOY A LAS DOS...
ME VOY A LAS...
...
..
TRES!
Me escapé a Neuquén, al departamento de una tia que me amparó por unos dias. (Gracias grosa)
Tardé poquito porque me trasladé en avión, con lo que una aventura que en colectivo tarda 16 horas se convirtió en un ameno viaje de una hora y media.
Un placer, hay que decirlo.
Con las lecturas escogidas bajo el brazo rumbeé al aeropuerto con la sensación de que mis vacaciones al fin comenzaban...
Aire puro: ven a mi. Aquí te espero.
Hace años que no viajaba a Neuquén Capital, pero llegar a las once y media de la noche de un jueves de luna gigante asomando entre los alamos no permitió avistar la ciudad, con lo que fue necesario esperar al viernes para ver cómo era esa ciudad que me acogió bastante durante la niñez...
Desde un piso 13 bastante arriba en la barda, ciudad de noche se ve linda, iluminada y mas activa de lo que me acordaba.
Y el viento se siente muchisimo, enorme. Siempre me dio miedo el viento. Una vez escuche a alguien decir que el viento enloquece... yo creo que es asi... el chiflido constante te seca la cabeza, y la tierra que vuela, y los pelos que incomodan en la cara, y las polleras que se llevantan (en el mejor de los casos) o se enredan y no te dejan avanzar con glamour... el viento...
El departamento en el que estoy es lindo, acogedor, tiene una decoracion bonita, nada ostentosa pero super amena, como mi tia.
La tranquilidad.
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